Un buen nivel de motivación laboral óptimo no siempre es fácil. Numerosos elementos externos pueden influir en tu estado de ánimo o la propia monotonía puede ir mermando poco a poco tu implicación.
La falta de nuevos retos o el estancamiento en la jerarquía empresarial suelen ser importantes bloqueadores de la motivación.
Incluso tú mismo, especialmente si eres mujer, puedes dinamitar tu entusiasmo a causa del llamado síndrome del impostor, ese sentimiento que te hace creer que no mereces tus logros y pronto te ‘descubrirán’.
Tipos de motivación en el trabajo
Ahora bien, siguiendo lo que plantean los investigadores Edward L. Deci y Richard M. Ryan, existen dos tipos fundamentales de motivación laboral:
- Extrínseca: se produce cuando el impulso hacia la acción se genera por factores externos, como un aumento del salario, un ascenso o el reconocimiento público.
- Intrínseca: es aquella motivación que nace a partir de factores internos, es decir, cuando te esfuerzas por conseguir algo por mera satisfacción personal.
Ambas fuentes motivacionales tienen un impacto en la implicación y satisfacción laboral. Sin embargo, ya que la motivación extrínseca se produce a partir de un incentivo que escapa a tu control, lo recomendable es centrarse en la intrínseca, trabajando los estímulos internos que sí puedes gestionar por ti misma.
Por eso es importante que practiques con asiduidad 7 estrategias para mejorar tu motivación laboral. ¿Cuáles son?
1. Encontrar una ‘pasión’ dedicarte a algo que te apasione es sin duda el mejor aliciente para un profesional. “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”. Realizar una actividad por vocación tiene muchos efectos positivos que repercuten en el bienestar psicológico a largo plazo.
2. Aceptar nuevos retos. Los seres humanos tienden a evitar los riesgos para garantizar su seguridad. Es algo que llevan haciendo millones de años. Pero la estabilidad también tiene su lado negativo: la rutina provoca un desalentador estancamiento personal y profesional.
Autores aconsejan experimentar cierto grado de ansiedad al que denominaron nivel de “ansiedad óptima”. ¿Cómo? Saliendo de tu zona de confort y aceptando nuevos desafíos. Una meta que te será más fácil de asumir si amplías tu formación e incorporas nuevas habilidades que hasta ahora no dominabas y que te ayuden a impulsar tu carrera.